TORMENTAS DE DIVERSIÓN

…Última noticia…

TORMENTA DE DIVERSIÓN

Los rayos y truenos de la noche del sábado 20 de agosto de 2.011, no impidieron la celebración de la quinta del 71, la cual estaba prevista desde hacía más de un año.

Los cuarentones y cuarentonas Bonariegos de la quinta del 71 cumplían anoche su deseo común, algunos más adelantados que otros en el soplo de las velas. Desde hacía casi tres años, estaban impacientes ante la llegada del momento del año que cerraba la 4ª década de su existencia, comentando la manera de hacerlo, el lugar, así como el contenido y desarrollo de la fiesta; principalmente en estos últimos seis meses del presente año, tan importante para todos.

Desde entonces, han estado hurgando, unos más que otros, en sus recuerdos, encontrando los juegos más gastados, juguetes casi irreconocibles, canciones más bailadas, fotos más delatoras, de los momentos más especiales e inolvidables para ellos y ellas. Indudablemente todo esto les permitió durante unas horas de anoche viajar gratuita y maravillosamente en el tiempo hacia atrás en aquellos maravillosos cuarenta años, resaltando las escenas, momentos, circunstancias, secretos, más entrañables y añorados para cada persona de las allí presentes. Cada uno con la libertad respetuosa de pararse en aquel momento bonito, recuerdo agradable. ¡Cuarenta años! ¡Casi nada!.

Miles de momentos, vivencias, recuerdos, días de bancas entre olor a viruta de colores de aquél lápiz chivato de la tabla de multiplicar, que se conseguía con “el saca” redondo de color amarillo, o rojo; olor a rollitos de goma de borrar recién salida por el enfado y afán de borrar una cuenta mal hecha o una letra perdida en el renglón del cuaderno de una raya tamaño cuartilla, dentro de un aula, con el maestro y/o la maestra de cada uno de los cursos del “Lora Tamayo”. Recuerdos de juegos de calles vacías de coches y repletas de niños y niñas que corrían con la pelota y saltaban del elástico a la comba o a la china en la acera de losetas parecidas a las tabletas de chocolate, aunque de color gris áspero, donde se gastaba la tiza que señalaba el límite permitido de cada número (el 1, al 2, al 3, al 4…!) para no pisar en caso de ”no querer caer mala” y perder el turno.

Turno de juegos de infancia que daban paso a otros momentos y quehaceres de adolescencia y juventud, también bonitos de recordar, de salones de Navidad, de encuentros en los días de fiesta señalados, de salidas al corchito para el día de los piononos y/o chuletas de cerdo congeladas puestas al sol por la impaciencia de aliñar adecuadamente, la víspera al acontecimiento señalado. Paseos en grupos por las calles y horas sentadas en los bancos de las mismas plazas y lugares ,que quizás hoy, o mañana usen nuestros hijos, entradas y salidas a “la casa de la juventud”.

Lugares todos testigos siempre de diversos secretos y confidencias entre niñas, declaraciones de primeros efluvios de sentimientos, afectos y preferencias de uno u otra, hacia éste o aquélla, de tantas generaciones. Las mismas calles y lugares que hoy pisamos, sin reparar en el contenido de fechas, palabras, escenas, que a modo de enciclopedia encierran bajo el asfalto o los adoquines, fruto de la historia que guardaron momento a momento bajo nuestros pies y ajenos a los protagonistas de cada situación, anónimamente. Cabe todo esto y lo que cada uno y cada una de los protagonistas de la quinta desee rescatar, recrear, recordar de su memoria emocional y/o episódica y que su archivo del olvido no haya censurado, permitiéndole realizar dicha actividad fielmente a su codificación y archivo mental. Tal cual un ordenador de los que actualmente usamos nos permite registrar, copiar y pegar, pasar en diversos momentos, según los programas utilizados y compatibles “o no” con los que intentamos recuperar dicha información.

Por su puesto, todo GRACIAS a la iniciativa que uno de los quintos tuvo en un momento de su historia, y quiso compartir abiertamente en un blog que contagió de ilusión a muchos otros que le fueron acompañando en su propósito y laborioso objetivo, ¡gracias Sebas!. Y como no, gracias a la aportación y colaboración del grupo organizador, que trabajó para que esa noche fuera posible y especial, en una ocasión, merecedora de celebrar algo tan grande como la amistad y vivencia de 4 décadas en las vidas de casi 90 personas que nacieron a lo largo de los meses del año 1.971 y otras personas que se unieron porque tienen el sentimiento de pertenencia a la quinta. Todos durante muchos momentos de su propia historia compartieron algo más que compañía. GRACIAS a todos. Esperando que el próximo encuentro se supere la cifra 70 en asistencia y participación.

SALOMÉ M.C.